Sonreír plenamente es mucho más que mostrar los dientes, es el reflejo de una salud física y emocional, es demostrar felicidad y alegría. Es un gesto que sirve para expresar agrado o simpatía. Definitivamente sonreír es una expresión positiva y de buen ánimo.
Cuando somos adolescentes dejamos de sonreír con la frecuencia que lo hacíamos de niños, comenzamos a tener cambios de humor, problemas constantes con nuestros padres, nos sentimos incomprendidos, no entendemos nuestro cuerpo, nuestras emociones, nuestros pensamientos. Si a estos cambios de la adolescencia le sumamos una conducta triste y poco alegre, será más aún difícil encajar, hacer amigos, compartir, vivir la experiencia de crecer y por lo tanto sonreiremos aún menos.
Al sonreír liberamos endorfinas, son hormonas o “medicamentos naturales” que produce el cerebro y ayudan a disminuir el dolor, a liberar las tensiones, dan sensación de euforia, de bienestar, también estimulan nuestro sistema inmunológico manteniéndonos más sanos y fuertes. Por todo eso el sonreír nos ayuda a tener una mejor vida. Cuando hacemos ejercicio también producimos estas endorfinas, por eso las personas que se ejercitan son más felices y sonríen más, es como una cadena de cosas positivas. La sonrisa tiene un efecto multiplicador en cualquier tipo de actividad que desarrollemos. Pedir algo por favor, y acompañarlo de una sonrisa, produce un efecto muy positivo en la otra persona. Siempre, nuestra sonrisa, debe ser natural, y nada fingida; esta actitud positiva nos beneficia en nuestras relaciones con los demás.
Vamos a hacer un esfuerzo y mejorar nuestros hábitos alimenticios, aumentar y mejorar nuestra condición física, hacer ejercicio, sentirnos mejor con nosotros mismos, sonreír más, ser más felices. Al tener mayor cantidad de endorfinas en nuestro cuerpo, sentiremos como todo es más sencillo, estaremos más a gusto con nuestro cuerpo, conseguiremos que nos entiendan mejor, no tendremos cambios tan drásticos en nuestro sentido del humor y podremos compartir más con todos los que están cerca.
Al tener buenos hábitos alimenticios y practicar actividades físicas de manera regular, estamos asegurando sonreír con mayor frecuencia, vivir sin tensiones, y mejorar nuestras relaciones afectivas.
Sonreír es sinónimo de salud.