
El ladrón, porque en este momento ya deja de ser presunto, cuelga la llamada y apaga mi teléfono, es cuando entiendo que estoy ROBADO, y así mientras cambiaba las claves de todas mis cuentas, llamaba a Atención al Cliente de Movistar, donde me trataron muy bien, pero con lo nervioso que estaba me costaba entender las instrucciones de la operadora automática.
Una vez cambiadas las claves y reportado el robo de mi celular, regresé a la locación con cara de derrota pero sin hacer mayor escándalo, a quienes me preguntaban sólo les decía: "está bien haber perdido el celular, la vida me está poniendo en un proceso depurativo, de pronto tenía demasiados contactos en la mensajería del BB que no me aportaban cosas positivas..." Yo siempre buscando el lado positivo a todo, les confienzo que hay momentos en los que me canso de ser positivo, pero aún así, y despojado de mi celular seguí con cara de Aquí No Ha Pasado Nada.
Dos días después recibí en mi habitación un nuevo equipo, con la línea activada, y recordé que yo había hecho un respaldo de mi celular en el computador, no muy actualizado, pero con todos los apreciados números telefónicos, que ya es decir mucho, y aunque no tenía los contactos de la mensajería BB, puede por email contactar y conseguir los realmente necesarios e importantes.
Después del susto me queda la lección:
- Estar atento de donde pongo las cosas.
- Hacer respaldos constantes de la información.
- Siempre sonreír y buscar el lado positivo de todo bajo cualquier circunstancia.