Bien saben todos que los superhéroes siempre han sido de mi total agrado. Desde muy niño he sido fanático de Superman y Batman, ellos dos para empezar. Mi mamá recién me contaba que iba a la guardería disfrazado de Superman, y que mis pijamas tenían capa, cosa que no dudo porque actualmente uso boxers con comics estampados.
Conozco las historias de los personajes de Marvel y DC como quien recita a La Biblia, los he visto en sus versiones animadas y en cada una de las reinvenciones que el cine nos presenta. Los Norteamericanos en su afán de salvar al mundo de la destrucción por parte de extraterrestres o mentes criminales (cosa que es un reflejo de su realidad absoluta), nos muestran a estos personajes de estaturas colosales y cuerpos cincelados cubiertos de hule, una y otra vez de las mil maneras posibles, convirtiendo a los Superhéroes casi en la base de su economía.
Lo interesente de todo esto, es que vamos a ver estas historias una y otra vez, sabiendo que no veremos nada nuevo, y creo que es por el hecho de que estos personajes están en el fondo de nuestro inconsciente. Si hablamos de los "arquetipos", los superhéroes no son más que una redefinición de los dioses griegos... Si comparan de manera rápida a Aquaman con Poseidón, Batman con Hades, Superman con Zeus y a la Mujer Maravilla con Atenea, verán que tengo mucha razón. Me encantaría saber las opiniones de Jung y Freud sobre lo que digo.
Yo soy uno de esos que va una y otra vez al cine a ver que hay de nuevo con estos personajes, y la verdad voy sin expectativas y al final salgo maravillado, sean buenas o sean malas, no sé si son mis ganas de volar y salvar al mundo, o el deseo infinito de tener unos superpoderes que acaben con lo que no funciona, o por la simple vanidad de ser SUPER. Recientemente he ido al cine a ver Thor, XMen First Class y Green Lantern (esta última ha recibido las peores críticas, pero ya sabía que iba a ver, así que la disfruté como si fuese una película merecedora de 14 premios de la Academia).
WM