Sonreír plenamente es mucho más que mostrar los dientes, es el reflejo de una salud física y emocional, es demostrar felicidad y alegría. Es un gesto que sirve para expresar agrado o simpatía. Definitivamente sonreír es una expresión positiva y de buen ánimo. Cuando somos adolescentes dejamos de sonreír con la frecuencia que lo hacíamos de niños, comenzamos a tener cambios de humor, problemas constantes con nuestros padres, nos sentimos incomprendidos, no entendemos nuestro cuerpo, nuestras emociones, nuestros pensamientos. Si a estos cambios de la adolescencia le sumamos una conducta triste y poco alegre, será más aún difícil encajar, hacer amigos, compartir, vivir la experiencia de crecer y por lo tanto sonreiremos aún menos. Al sonreír liberamos endorfinas, son hormonas o “medicamentos naturales” que produce el cerebro y ayudan a disminuir el dolor, a liberar las tensiones, dan sensación de euforia, de bienestar, también estimulan nuestro sistema inmunológico manteniéndonos